SINOPSIS
Una sentimiento, una imagen y una retrospección que marca una decisión.
“En las profundidades del invierno, finalmente, aprendí que en mi interior habitaba un verano” (Albert Camus).
Otra vez, el gris cielo se asoma, manto que cubre un universo que abruma, desde los distintos puntos cardinales. El invierno de dos corazones, con distancia oceánica que no alcanza deshelar los campos.
Solo el espíritu los une, en un mundo paralelo, cual lazo de punta. Energía oxigenada de vida, de un ambiente apartado y solitario. Como las flores que caen del cerezo, que la fragancia primaveral impregna. No es en Osaka...es el ámbito de un sueño.
Imagen de una mano que ata y suelta, se siente el llanto y la locura. Humo de voces sordas.
Va soltando el hielo que viste, pero huye de palabras, que anima y confunde...De un incierto calor a cercanía, expectativas quiméricas, que saben a derrumbe.
El raciocinio vuelve al lugar adecuado, con decisiones sabias y correctas, que surgen de hemisferio cerebral izquierdo. Atrás, quedó el invierno pasional, el creativo imaginario del derecho. Florecen campos y arboledas. Calor del verano, asentando raíces, sentimientos de luces, introspección mental, resultado de lo lógico, de lo cabal, impecable resolución de un corazón que reconoce, que no existe un inicio, cuando ya promete un final.
Ana Sabrina Pirela Paz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
añadir comentario