SINOPSIS
Más que una reflexión, respetuosamente, es una opinión sobre la actualidad de la sociedad mundial, para la consideración de todos Ustedes.
“La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia sobre los cuales fue fundado.”
(Montesquieu)
Se entiende por decadencia, la fase de declive social, gubernamental, económico, que se inicia con un quiebre o debilidad, tanto de la cultura, como de las instituciones civiles, así, como otras características propias de una sociedad. El vocablo, proviene de raíces latinas y connota” declinación, periodo de ruinas”.
Hoy es un tema que se plantean sociólogos, filósofos, académicos, y comentado en las conversaciones del ciudadano común. Surge la interrogante, por la posibilidad, de que las sociedades del mundo, podrían están atravesando la vía hacia el decaimiento del actual orden socioeconómico y político. Existen voces, dirigidas a culpar a las teorías económicas neoliberales que predominan en ese contexto. Sostienen los analistas, de que, en base a sus fundamentos, la expansión de sus economías y comercios, con imposiciones de producción con procesos globalizados a la fuerza, han constituido, no en coadyuvar a las otras naciones, sino a lograr dominar un engranaje de dependencia y de hegemonía. Pero, tampoco han contribuido al bienestar social del colectivo, las estrategias de los modelos de gobiernos diferentes, que se apartan de los criterios neoliberales. Todo lo contrario, continúan las desigualdades clasistas, desocupación laboral, distorsión del capital de los Estados y otros males, en una estructura económica enferma.
Cuando se revisa la historia y se analizan las causas, sobre la caída de los grandes imperios antiguos, por ejemplo, el Romano, se registran orígenes: sociológicos, económicos y culturales y si se realizan comparaciones, existen similitudes, salvando la distancia entre las circunstancias de hoy y el entorno de las civilizaciones de otrora, propias de la idiosincrasia de cada época.
Se objeta, que, en las últimas décadas, en la innovación de medidas para la productividad universal, solo ha avanzado el campo tecnológico. Proceso que ha comprendido un conjunto de actividades, cuyos resultados han dado origen al fomento de nuevos procesos, productos y servicios. Lo que, sin duda, ha contribuido grandemente a la productividad global y a un gran número de plazas laborales que sostienen una cifra significativa de profesionales en dicha aérea, a escala general, en empresas involucradas en el agrandamiento y la competitividad, de las mismas, lo que ha traído un avance significativo, ofreciendo denominaciones como” la era tecnológica” o “era digital”.
La ciencia médica, también ha hecho su aporte, importantes descubrimientos en el cura del virus de inmunodeficiencia humana y el Síndrome de Inmune inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA) y avances significativos en la cura de cáncer. Igual desarrollo científico existen el área de la física, verbigracia, la detección de las primeras ondas gravitacionales, el descubrimiento de miles exoplanetas, entre otros adelantos científicos. En materia de ambiente y conservación, existen desafíos en concientización, pero aún faltan prácticas efectivas y normativas proteccionistas. Sólo para mencionar ciertas aéreas, a manera ilustrativa, porque no todo está perdido.
Paro, hay fuertes debilidades, que conllevan a presumir, visualizar, el decaimiento de esta etapa de nuestros tiempos, o por lo menos parte de allá. Flaquezas, que cada vez se acentúan, no solo en América Latina, sino en el continente europeo, comentados, por estudiosos, expertos y por el ciudadano común, yo me incluyo, que dentro de su raciocino, extrae conclusiones del diario vivir, con su propio diagnóstico, haciendo un gran esfuerzo para documentarse mediante los medios de comunicación objetivos, no mediáticos. Al completar el panorama, se concluye, que, en el mapa del orbe, un gran número de países, transitan un periodo decadente, notablemente visto, ante y durante la trágica y lamentable experiencia de la pandemia. Independientemente, de su forma de gobierno, democracias, autocracias, oligarquías o monárquicas, entre otros estilos de mandatos, algunas naciones, unas más que otras, reflejan:
-Quiebre en su economía: depreciación monetaria y sus consecuencias, inflación, hiperinflación, carestía, contracción de la actividad laboral, que conllevan al desempleo y encadenan pobrezas y, por otra parte, cargas impositivas desproporcionadas, que han dado lugar a la debacle comercial y al freno en la continuidad de los modos de producción.
-Tergiversación de los valores morales y éticos o la insolvencia de las virtudes cívicas. Hoy en día se desprecian hasta los elementales modales de cortesía. El respeto, la tolerancia, la colaboración, la empatía, la solidaridad, muestran el franco desinterés y el rechazo hacia nuestra propia especie. Se admira más las habilidades del jefe de los carteles de narcotraficantes, inclusive, llevados a la pantalla gigante cinematográfica exaltando el mundo hamponil donde se desenvuelven, ante que un digno representante científico, cultural o académico. Las figuras de la TV, del cine, del deporte, hoy convertidos en “top”, aunado a los llamados “influencer” (sin restarle méritos a los nombrados, porque cada quien tiene su talento), son los ídolos a seguir, en una sociedad narcisista, individualista, como gregaria.
-Violencia coercitiva por parte de las fuerzas policiales de gobiernos autoritarios o de los que se denominan “demócratas”, con el desconocimiento de sus derechos civiles y la declinación de los Derechos Humanos.
-Leyes anacrónicas, letras muertas, de difícil aplicación y otras creadas, para el sometimiento mental, físico y espiritual de sus nacionales y algunas fuera de la realidad social o contrarias a sus valores de idiosincrasia.
-Corrupción generalizada y a grandes niveles: antes se tenía la impresión, de que el cohecho, el soborno, la degeneración o depravación en tareas del ejercicio laboral, eran propias de los espacios pertenecientes a las administraciones de las entidades públicas, ahora es relevante, que esas prácticas, existen hasta en las grandes empresas y corporaciones privadas, de cualquier razón social.
- Ausencia de líderes autónomos y de conducta intachable. Hay un verdadero derrumbe de arquetipos de solvencia ética, inclusive, con cero de principio de idoneidad, para las funciones que desempeñan a una escala mundial. Sus actuaciones y pensamientos, son casi homogéneas, en semejanza y uniformidad. Mostrándose una seudo dirigencia, que, como marioneta, se adhiere a las acciones, criterios y mentalidad de los que representan las grandes potencias, sin importar riesgos de guerras, hambrunas u otras calamidades contra otras regiones, olvidando el dicho:” Cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
-Grupos oligárquicos y prácticas de nepotismo, enquistados en los niveles de dirección gubernamental, pero presionando y determinando desde afuera, las políticas de Estado, que repercuten en intereses particulares y mezquinos, en pro de sus propios beneficios y capital.
-Pérdida en la credibilidad de instituciones, con roles importantes dentro del colectivo, ejemplo, instituciones religiosas, por su notabilidad por los casos de pedofilia. Escándalo, silenciado por años, han hecho corroer la fe en sus feligreses, migrando grandes masas a otras religiones o dogmas. Igualmente, esos mismos casos, en sectores del “set jet”, internacional.
-Imposiciones de guerras de las potencias, con el beneplácito de países, hacia otras naciones, que como consecuencia arrastran, genocidios, hambrunas, destrucción física de sus estructuras rompimiento institucional y cultural del país invadido. Así, como éxodos masivos, con movilizaciones importante de migraciones ya conocidas, no solo en América sino en el continente africano, en países árabe y en efecto, presentándose serios y marcados problemas sociales xenofobia, racismo, disgregación familiar, entre otros fenómenos de índole cultural.
Opino, en lo personal, que existen indicativos, en los actuales momentos, sobre la posibilidad de que nuestra civilización, transita un periodo de decadencia y que urge, otro modelo de humanidad. ¿Cuál? otro, que debe ser mejor, que corrija o ayude a desaparecer lo funesto que hemos experimentado. De lo malo se aprende, lo difícil y complejo, es que desafortunadamente, no se distinguen referentes virtuosos, de reconocida inteligencia y disposición, que permita vislumbrar buenas y nuevas luces y si los hay, están invisibilizados, el propio sistema corrompido, descompuesto, egoísta, los excluye, los margina… ¿Hasta cuándo? no se sabe…Pero el quiebre es real, tangible.
Ana Sabrina Pirela Paz.
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