Cada
vez y aún, soportando permitía,
me hablaras de tu amoroso sentimiento,
tratando de esquivar,
evitando el momento
que al final, muy lejos compartía.
Cada vez planeabas un feliz presente
yo, en silencio recordaba un pasado,
y mi corazón, rebozado ¡permanecía ocupado!
evocando
un impulso de emoción ardiente.
De vez en vez, entre charlas
esperabas
quizás, más que una sonrisa,
con sorpresivas caricias, veloces como
brisa,
que yo penosamente,
tuve que confrontarlas.
Hastiada dejaba me tomaras la mano,
para que mitigaras ansías o
agonías,
a sabiendas que nunca me
tendrías,
ardides que resultaron todos!
¡en vano!
Consentía que me
abrazaras, petición terca,
no para que atesoraras
esperanzas,
no siempre es seguro
esporádicas alegranzas
aunque el cuerpo se
sienta cerca.
De vez en vez, bebimos vino,
pero nunca compartimos la
misma copa,
color y aroma vestía otra
ropa,
yo sabía que recorríamos
diferente camino.
Cada vez, buscamos un
bello atardecer,
intentando ver reflejo
del azul cielo,
yo seguía pisaba un
frio suelo,
en un campo
cualquiera, sin reverdecer.
Ocasionalmente,
viene la imagen del hombre,
pero no recuerdo
rostro ni ojos…
debe ser ya memoria en
despojos,
¿era
alto… buenmozo? Desconozco su nombre.
Y escucho: - ¡Te amo mi bien!,
buscando de
nuevo tomar mi brazo
y yo con
disimulo lo rechazo
corriendo,
escapándome entre las sombras también.
Y seguía
gritando: - ¡aguárdame, mi amor!!
Es una
imagen borrosa e inesperada,
con
fragancia de Hugo Boss amaderada,
que clama con un
delirio abrumador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
añadir comentario