SINOPSIS
Con notable afecto, además de complacencia, dedico estas líneas a JOVATO, así con mayúscula y a todos los escritores, escritoras, poetas y poetisas....Reciban el saludo afectuoso de siempre.
Este sencillo, pero sentido relato, me lo hizo inspirar JOVATO y surge, del comentario que ofreció en el último escrito sobre “La Seductora Soledad del Escritor”. Sí, el escritor de pluma directa, polifacética, que no abandona el humor, sin regatearle su florido talento, en lo que escribe y en lo que comenta. Un hombre con semblante afable, así lo observo en la fotografía de su perfil, regalándonos una sonrisa, de mirada vivaz con connotación de picardía. Con el matiz existencial en la broma, pero con la virtud de la inteligencia prudente, que hace brillar la sátira sana, que en oportunidades desconcierta y asombra, pero que, fulmina con la gracia, como el que hace unas viñetas de humor, aplicado a las letras.
Como sus opiniones siempre son bienvenidas, ésta última la acojo asertiva y pertinente, me obliga, complacientemente, a escribir sobre el vino, porque la sugerencia, es que al igual que la soledad, el otro compañero de algunos escritores, escritoras, poetas y poetisas, es el exquisito líquido. Sorbo a sorbo, con lentitud o rápidamente, es néctar apetecible, que, en el plácido momento, cuando empieza la magnífica labor de escribir, sirve como inductor de la “musa”, canal productivo de la obra, que despierta las glándulas gustativas y alerta al olfato por su aroma. En lo personal, lo observo como un “invitado” especial, que al igual que la soledad es voluntaria, de aquellas personas hacedoras de arte. Unos los sentirán como “asistente”, otros, como me dijo un amigo pintor, que, para él, era un “huésped”. De cualquier forma, nos acompaña, nos junta, nos “escolta”, posiblemente en la ruta de cada palabra…
Como la imaginación tiene sus vuelos, no se me escapa, la posible percepción que tuvo Dante Alighieri, en su ingeniosa mente, cuando al contacto con su paladar, le permitió expresar: “El vino siembra poesía en los corazones”. Sensación que también condujo a Robert Louis Stevenson: “El vino es poesía embotellada”. ¡ Exaltación genuina¡
Así mismo lo consagraría García Lorca, cuando al extremo dijo: “Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo” y la abstracción cósmica de Galileo Galilei:” el vino es la luz del sol, unida por el agua”.
Otros grandes, descubrieron el vino, no solamente estímulo para la creatividad, sino exaltándole propiedades como propias. Así lo afirmó Charles Baudelaire:” Existe en la esfera terrestre un gentío innumerable e innominado cuyo sueño no podría dormir los pesares. El vino escribe para ellos cantos y poemas”. ¡Grandiosos ¡
Otros que le otorgaron reconocimiento, enalteciendo el estro y en la misma sintonía, fueron:” Hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los vinos”, palabras atribuidas a Louis Pasteur. “El vino puede ser mejor profesor que la tinta y charlas, es a menudo mejor que los libros” cita de Stephen Fry. ¡ Ingeniosos¡
De latín, “vinum”, se registra que su existencia data de 5.000 años a.C. En la mitología griega es representado por Dionisio, reseñado como su inventor, proclamado el Dios de la vendimia y del vino. Entre tanto, en el antigua Egipto, inventiva dada a Osiris, mencionado, como el primero que sembró y elaboró vid, en la ciudad de Thyrsa. En la antigua Roma, ese arte se le cedió al Dios Baco. En las antiguas escrituras, también se anotan pasajes sobre el vino, a saber: en Proverbios: “Dad vino a quien tiene el corazón lleno de amargura” (El profeta Ezequiel), en Génesis, Capítulo 9: 20.23 habla de la embriaguez de Noé, cuando se encuentra con la vid: “Después comenzó Noé a labrar la tierra y plantó una viña y debió del vino y se embriagó y estaba descubierto en medio de su tienda…”.
Imperdible en la literatura mundial, también tiene su especial espacio, en “El Cantar del Mio Cid”, fuente del lirismo, para la época; en la tinta de Homero: La Ilíada y La Odisea. Entre otras obras literarias pertenecientes a la antigüedad y en muchas, otras producciones de la actualidad.
Como admiradora de los poetas latinoamericanos, no puedo dejar de olvidar los versos de Pablo Neruda, en “La Oda al Vino”:
“El vino mueve la primavera,
crece como una planta la alegría,
caen muros y peñascos,
se cierra los abismos,
nace el canto…” ¡ Brillante ¡
Así como lo mostrado, haciendo alusión a la óptica de sí mismo, Jorge Luis Borges, en el “Soneto del Vino”:
“Vino, enséñame el arte de
ver mi propia historia,
como si esta ya fuera ceniza,
en la memoria.” ¡Inspirador ¡
Y en los atrayentes versos de “Brindis” de José Ángel Buesa:
“Al beber, gota a gota,
los pétalos flotantes,
me rozaran los labios
como labios de amantes.
Y, en su llama
o se nieve de dentro
destino, serán como
fantasmas de
besos en el vino. “ ¡ Apasionado¡
No hay duda, que una copa de vino, sorbo a sorbo, ya sea tinto, blanc o rosé, de las cepas que elijas: Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Pinot Noir, Merlot, entre otras, podría coadyubar al germen de una gran obra.
Ahora, ¡a descorchar, catar y escribir¡¡
Brindo por todos Ustedes, ¡ a la salud y éxitos de mis respetados y queridos colegas!
Con sincero afecto.
Ana Sabrina Pirela Paz
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