SINOPSIS
Un homenaje-recordatorio en esta fecha 23 de abril, designada como "Día Mundial del Libro".
“Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría” (proverbio árabe)
Hoy viernes 23 , “Día Mundial del Libro”, (proviene del vocablo latín liber, originado por la parte interior de la corteza del árbol) fecha elegida por la Unesco, para honrar al más grande literato de la historia, a Miguel de Cervantes Saavedra, quien fue sepultado el 23 de abril del año 1616, falleciendo el día anterior, en la ciudad de Madrid, reconocido mundialmente, como el novelista, dramaturgo y poeta, máximo exponente de la literatura hispana, por su afamada obra:” El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, creación insustituible por las reconocidas voces de los grandes expertos en la materia.
Repasando la historia del libro, se registra, que los hindúes, recogieron sus primeras letras en hojas de palmas, las cuales unían magistralmente mediante filamentos de hilos. Mientras que los ingeniosos japoneses, las transcribían en rollos, utilizando ambas caras, que después de ser leídos, enrollaban para ser resguardos. Los egipcios, tuvieron más adelanto, poseían el papiro, utilizando una sola cara y enroscándolo con un madero. Posteriormente, el papiro fue sustituido por el pergamino, que igualmente fue empleado, en forma de rollo, pero después lo enmarcaron en forma de hojas, hasta llegar, en los que denominaron “cuadernillos”. Los griegos y romanos, lo hicieron de la misma forma, pero, definitivamente, fueron los antiguos romanos, quienes nos dejaron la herencia del formato actual en libros, textos, y demás variedad.
El libro más antiguo que se conserva en la actualidad, pergamino de cinco metros de largo, con seis mil palabras, que muestran enseñanzas budistas es el “El Sutra de Diamante” de Johannes Gutenberg, herrero alemán, inventor de la imprenta. Pero lo más antiguos impresos, son “El Misal de Constanza” (1449-1450) “La Biblia de Mazarino” y “La Biblia de Maguncia” (1462).
Sin restarle méritos a otras joyas literarias de todos los tiempos, se mencionarn algunas, que, según los críticos, han sido las más leídas, incluyendo a la de Cervantes, por su valor y difusión masiva y legado universalmente acreditado:
La Odisea y La Ilíada de Homero
La Divina Comedia de Dante Alighieri
Romeo y Julieta de William Shakespeare
Orgullo y Prejuicio de Jane Austem
Guerra y Paz de Lev Tolstói
El Principito de Antoine de Saint-Exupéry
Alicia en el Pais de Las Maravillas de Lewis Carroll
Madame Bovary de Gustavo Flaubert
El Gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald
Existen otras, muchísimas más, admiradas y exaltadas en el mundo de las letras.
En este orden de ideas, grandes escritores, novelistas, poetas y dramaturgos, le han rendido honor al Libro, con palabras alusivas, dejadas para la posteridad sus opiniones al respecto: a continuación, se transcriben afamadas expresiones de autores, previamente seleccionadas, difundidas del mundo literario.
“En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle un sentido a la existencia”: Miguel de Cervantes.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro: todos los demás, son extensiones de su cuerpo…Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”: Jorge Luis Borges.
“El libro es la fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”: Rubén Darío.
“Un libro debe ser el hacha que rompe el mar helado que hay dentro de nosotros” Franz Kafka.
“El escritor escribe un libro, para explicárselo a sí mismo, lo que no se puede explicar”: Gabriel García Márquez.
Le ofrendo mi humilde homenaje al Libro, con una sencilla poesía, pero muy sentida:
“El Libro que no leí”
Amo el de las primeras letras, del abecedario,
el primero que abrió sabiduría,
los de estudios, materias para grados,
forjadores de conocimientos, en el bibliotecario.
Después, llegaron otros, los del deleite para la lectura,
las obras de grandes literatos,
a nutrir más el saber, de los eruditos
y de los sabios…
Y como magia hubo una pasión por la ilustración,
el enamoramiento se mantuvo en los hogares,
salones y clubes de cultura…
El apego inundó manos, mesas y hasta en el baño,
y sin él, la erudición nunca se vio completa.
Hoy extraño el Libro que no leí,
el que, sin abrir, quedó en el escritorio,
el que dejé de adquirir,
el que se llevó el amigo,
el que regalé y pude
prescindir…
Hoy extraño el Libro que no leí…
Ana Sabrina Pirela Paz
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