23 nov 2021

SERIE: HISTORIAS SILENCIADAS EN EL AYER: “¡PERDÓNAME AMOR!... ESTO NO LO VOY A VOLVER HACER

 




SINOPSIS

Una historia que muestra una verdad que por sus repercusiones, socioculturales, recaídas también sobre la salud y el entorno de la víctima, fue necesario el avance de reformar leyes y procedimientos judiciales, en resguardo a sus legítimos derechos. A muchas nos tocó conocer esa parte injusta, obscura . Hoy existen canales legales, gubernamentales y sociales, que permiten su protección y defensa.

Conversación entre la hija y el padre, en la visita de los domingos:

Papá, si no me divorcio pronto, voy a parar en el centro de reclusión para mujeres o en el cementerio”. Dice la hija.

“No es la manera de pensar. El divorcio es un mal necesario, pero no se apresure. Tome calma y piense con la cabeza “fría”. No dudo que no sea un peligro la situación, no le resto importancia.”

“Papá, ya es mucho tiempo, con solo ocho meses de matrimonio soportando violencia, insultos, perjurios y encima de eso, injurias...Estoy cansada, desgastada, la cuerda ya está muy tensa...en cualquier momento se revienta.” Prosigue la hija.

No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, como dice el proverbio. Eso es así. No vaya a cometer ninguna tontería, cuidado con un arrebato, no es el momento...Enfóquese en usted y en su futuro. Él es un violento, el alcohol lo vuelve loco. ¡Qué lástima ¡tan caballero y bien portado! pero solo cuando está sobrio.” Le contesta el padre.

Papá usted me estás sugiriendo, que deje pasar los agravios y me enfoque en otras cosas, demorando un desenlace, pero … ¿hasta cuánto tiempo? Le refuta la hija.

“Exactamente...no lo digo por él, sino por usted. Dese su tiempo, prepárese, mental y espiritualmente, porque lo que viene es doloroso, las separaciones duelen...No quiero verla sufrir, hágalo, divórciese, pero cuando de usted no quede más soporte, ni más nada que sentir. Cuando esté vacía...Ese periodo, le va a dar las herramientas para enfrentar lo demás.  Para entonces, no va a sentir ni le va a importar, ninguna consecuencia, ni el qué dirán. Lo que le quiero significar, es que empiece a protegerse, porque ese tránsito, es solo suyo, la familia la apoyará, pero el problema es de ambos. No vaya a dejar el posgrado, por mucho que él le prohíba continuar...Distráigase en otro quehacer, el trabajo no lo es todo.” Concluye el padre.

"La peor escena, papá, es que después, que hace sus desmanes, se arrodilla y me pide perdón… ¿sabe, ¿cómo dice?: ¡Perdóname amor ¡te juro que no lo voy a volver hacer”. Eso dice papá."

“Porque es un manipulador,  un sinvergüenza…” Agrega el padre.

“Hasta luego papá”

“Dios te bendiga, hoy, mañana y siempre”.

Con esas palabras padre e hija se despiden.

La hija llevaba una instrucción de su padre, el hombre admirado, que, para ella, era un sabio y que difícilmente, ahora adulta, le desobedecía. Estaba convencida que todo lo “malo” que se le había presentado en su vida, había sido por desacatar a sus padres. Indomable, determinada, osada, así era tu temperamento, sin salirse de los parámetros de respeto y consideración hacia sus progenitores.

Recordó las palabras de su padre, cuando le presentó al que ahora era su esposo y primer novio: “Papá, mamá, les   presento a mi novio”.

Su padre, después de mirar al prometido fijamente, y darle un vistazo de escrutinio, soltó su opinión, sin miramientos, al “rojo vivo”, rechazándole el saludo de estrechar las manos.

“¿Usted no se ha mirado en el espejo?  Tiene más años que Matusalén, usted le dobla la edad a mi hija”.

Y usted hija... ¿extraña tanto a su abuelo, que salió en busca de uno? La interrogó con tono de disgusto.

 “No apruebo esa relación, usted no será bienvenido a mi hogar. Soy de los que piensa que “cada oveja con su pareja”. Usted podrá ser un buen hombre y prospecto...pero no para mí hija. Usted ya viene con vicios de hombre divorciado, en cambio mi hija, no tiene experiencia y es  una jovencita.  La aseguro que, con el tiempo, tropezaran, hasta en gustos, cuando ella quiera ir al cine, usted querrá dormir... ¿Por qué no se busca otra de su propia edad y condición? …

“Señor quiero y voy a casarme con su hija”. Respondió el novio.

“Usted lo ha dicho, “quiere casarse”, lo que no significa que la ame. Lo que desea es acostarse con ella y la única forma, es casándose.  Lo que quiere es un trofeo de presunción y eso es lo que mi hija es para usted”. Concluyó su padre, retirándose del lobby.

Evocó aquella advertencia, no obstante, hubo boda. Parte de la familia no acudió, en desaprobación de la misma. Ambos progenitores asistieron.

Conversación con una colega, amiga, un viernes por la tarde, en su sitio de trabajo:

“Me somete a la fuerza, me encierra en la habitación de servicios, cuando no quiero compartir el lecho. Allí estoy hasta altas horas de las noches cuando regresa y surja en él, un sentimiento de arrepentimiento y me abre la puerta.  Me obliga hacer el sexo, no hay amor, porque ese sentimiento no debe ser forzado. Me siento como una muñeca de trapo que la violan, no percibo nada, a tirones me quita la ropa. Y lo amé, ¡cuánto lo amé! El amor duele. Me casé enamoradísima…pero, una noche me visitó la decepción, el desencanto por la traición y no hubo vuelta atrás. Después cuando dije: ¡basta!! creí que terminaría. ¡Qué inocente soy ¡... Fue el inicio de otra etapa: el de la tortura, el de la mortificación hostil y continuada…”

“Hace una semana, cuando salí del Despacho, al llegar a la casa no pude entrar. Cambió las llaves de las puertas, tanto de la entrada principal, como la del patio adyacente al fondo. Me tocó   ubicar un cerrajero, entrar y sacar algo de mis pertenencias y buscar dónde dormir. Me quedé en el hotel Kristoff, quise regresarme para la oficina, pero… ¿con qué excusas pasaría la noche aquí?  No era mi semana de guardia.” Cuando regresé, estaba esperándome, se arrodilló y volvía a decirme, como siempre: Perdóname amor ¡te juro que no lo voy a volver hacer”.

“¡Qué ruin es ¡deberías de envenenarlo, dicen que, con una inyección de potasio, a la persona le sobreviene un infarto y con él…  ¡será tan fácil ¡ Se le coloca cuando se duerma y esté borracho. Así se te acaba esa pesadilla.” Le refiere la amiga.

¡No ¡No, yo jamás haría eso! ¿te volviste loca?”. Contestó.

Entonces, muérete, quédate con tu verdugo” Le expresó la amiga.

“Feliz fin de semana”

“Igual para ti, cuídate” Fueron las palabras de despedidas de ambas colegas.

Conversación con el Dr. Pernía Valderrama, especialista en psicología:

¡Buenas tardes! Adelante… ¿cómo van sus cosas? ¿Resolvió lo de la firma del divorcio?”.  Saluda el experto.

“No, lamentablemente, no se pudo adelantar nada, fui al juzgado y nada que firme… ¡No sé qué voy hacer ¡  Voy a dejar mi casa. Me pone como condición, en darme la firma, si renuncio a mis bienes y lo estoy reconsiderando. Mi vida vale más que una propiedad…”  Comenta.

“Su aptitud se recrudece, y yo estoy saturada de presión. Ahora me cela de cualquier caballero, ve rivales en todas partes. Me alienta a que abandone el trabajo y no lo voy hacer jamás. Me he preparado y gané el concurso de credenciales y eso agravó la confrontación, creí que se iba alegrar, fue todo lo contrario, quiere controlar hasta mis decisiones como profesional. Después de la juramentación, en la que no me acompañó al acto, me insultó, empezó a   vejarme…Me dijo, que “yo soy una buena para nada” … ¡Qué ironía ¡lo que los demás, me admiran, él lo rechaza. Cada día está más violento. A Mirian, la señora de servicio, le tiró el plato de comida al piso, porque la carne no estaba asada a” término medio” ¡No lo soporto!! “

“No se le puede reclamar nada…Llega con exceso de embriaguez, con visibles huellas de lápiz labial en las camisas, chemise o en traje…Si se le reclama el descaro, rompe las ´puertas de los closets o la de los cuartos, con sus propios puños…Tiene ataques de ira, se da con su propia cabeza contra la pared, cuando algo le molesta… ¡No lo soporto ¡Eso está agotando mis fuerzas…”

“Me encerró nuevamente, en la sala del baño, del área social. Allí estuve hasta que llegó… Después, como si reflexionara, me pide perdón:” ¡Perdóname amor ¡te juro que no lo voy a volver hacer ¡” Y me implora, pidiendo clemencia, como si yo fuera la diosa de la misericordia. ¡No lo soporto ¡”

“Ayer, tuve que dirigirme al trabajo en taxis, no pude encender mi coche… ¿Sabe por qué?  ¿qué se le ocurrió para no dejarme salir? Le retiró el cable a la batería y como yo desconozco de eso, no atiné la falla. En horas, del mediodía, llamé al taller, fue un mecánico, colocó el cable y encenció el vehículo.  Cuando me le enfrenté por su comportamiento, empezó de nuevo a ofender…Desde ese día, tiene una fijación, contra el mecánico… ¡Cielos ¡y que es mi amante! … ¡No lo soporto ¡”

“Se pierde algunos fines de semanas, que aprovecho para estudiar las materias del posgrado y sacar trabajo y cuando retorna, se pone a la defensiva, como para provocarme. Dice estúpidas excusas, justificando un comportamiento reiterativo, abusivo, desconsiderado e inhumano.”

“En estos días, me volvió a amenazar, prendió la plancha y me dijo que, si no me acostaba con él, me la iba a colocar en la cara, para que el rostro se me desfiguraba…o si no, me iba a cortar la mejilla con un cuchillo. ¡Allí no pude más ¡   Salí corriendo, dejé el carro, pedí ayuda y llegué, como pude a la casa de mi hermano…Allí me quedé, por dieciocho  días, alquilé un apartamento por la avenida 5 de Julio, cerca de la Fiscalía…He contratado vigilancia,  muy costosa, por cierto. ¡Mi vida es una ruina ¡”

“Desde que introduje la demanda de divorcio se está insolventando. Los bienes de la comunidad conyugal, que a igual he contribuido, fruto de mi trabajo y por bienes propios, antes de casarme, están comprometidos, se los está traspasando a una de sus primas y como por ley, son administrados por el esposo, imagínese usted, qué hará…”

“Tuve conocimiento, que mi ropa, joyas y objetos personales, se los había obsequiado a Aracelis Morales, una de sus amantes, la que vive cerca de su empresa, metalúrgica. “

“En días pasados, viniendo por la avenida El Milagro, me siguió y persiguió con su camaro, pero, no pudo con el mío, una sierra Ford, ni con mis habilidades de choferesa, le llegó por detrás, lo chocó, pero no me detuve, impulsé el acelerador y “volé”. Fui a parar a la estación de la Guardia Nacional y me dieron apoyo. ¡Qué vergüenza! Ellos me conocen, he ido como fiscal a inspeccionar sus recintos de reclusión.

“Se terminó la hora, el próximo paciente me espera. En la próxima cita le entrego la conclusión que he extraído sobre la conducta de su esposo”. Manifestó el especialista.

Hasta la próxima entonces” …Así se retiró de la consulta.

 Antes no se conocían las diferentes modalidades de violencia de género contra la mujer, ahora están ampliamente legisladas. Esos actos aquí narrados, en las leyes actuales están determinadas como de agresión y componen un conjunto de conductas que identifican la violencia   psicológica, reconocidas como las que afectan las emociones de la víctima, que, como consecuencia, menoscaban su desenvolvimiento personal, enfermando no solo su salud mental, sino que repercute en la física, cuyo otro efecto, es la disminución o casi nula, de su autoestima.

 Violencia psicológica,  cuyos actos pueden observarse, en la amenaza contra su integridad física( sea verbal, escrita o por otra manifestación),  hechos que coartan o la privan de su libertad ,  insultos, burlas, humillaciones, tratos  con indiferencia, abandono, celos, acusaciones de infidelidad, prohibiciones para realizar trabajo u otra actividad, impedimento o objeciones para  vestirse con su atuendo de preferencia, obstaculizaciones en  visitar familiares, amistades, así como otras conductas que conlleven a violentar el  libre derecho de  desenvolvimiento que posee la mujer  en su proyecto de vida. Esos actos violentos, repercuten en otra esfera:  la víctima queda limitada en su defensa, con una confusión para identificar el problema, porque desencadenan en enfermedades, desde las mentales, instinto de suicidios, depresiones, abuso de fármacos, pérdida de hábitos personales y sociales, estrés social, entre otras manifestaciones de carácter psicológico, que comprometen su salud en general.

Conclusión y diagnóstico psicológico:

“Trastorno de personalidad antisocial (ideas paranoicas) Narcisista. Con agresividad preparatoria, con motivaciones de tener lo que desea, y de retener, porque cosifica sexualmente a la esposa, la que toma en uso, porque piensa que es de su propiedad. Actitud impulsiva, no distingue entre la agresividad y la decisión de aplicar violencia, como acción consciente de hacer daño. Violento autoritario.”

Fue una época con escasa normativas en la materia, sobre unos acontecimientos que estaban crudamente sembrados en muchos hogares…Me divorcié mediante unos trámites altamente litigiosos, contenciosos, entre abogados, que rebatían bienes y éstos, legalmente, como se señaló antes, los administraba el hombre, el esposo y para que se traspasara y vendiera cualquier bien, no requería la firma de la esposa, hoy, eso ha cambiado, es necesario que la cónyuge esté de acuerdo con la transacción y hasta se le reconoce, el cincuenta por ciento del valor de los bienes de la comunidad conyugal.

 Yo, anhelando libertad, renuncié a mis bienes y le cedí a él, lo que por esfuerzo y derecho económico me pertenecía…Fue el acuerdo para que estampara su rúbrica y así yo ganar mi liberación. Hoy los divorcios son céleres y hasta existen “divorcios exprés”, solo basta que uno de los cónyuges manifieste que no desea continuar viviendo con el otro, por causa del desafecto.  Nunca me arrepentí de ceder los bienes, logré, posteriormente, adquirir otra vivienda con mejor o igual ubicación y recibí una donación de mis ancestros: una casa de veraneo en un lugar turístico, con el mar caribe al frente…donde los pájaros trinaban todas las mañanas y me visitaban diariamente   garzas, gaviotas y pelícanos. El sol fue mi Dios y la arena mi Diosa. Allí supe valorar, la libertad, la dignidad y la paz. Entonces, sola, empecé a reconstruirme, arreglando y limpiando piezas, volviéndolas a poner en mi cuerpo, mente y espíritu, reparando y encajando las que sirvieran y las muy dañadas, las tiré … con el tiempo.

Ana Sabrina Pirela Paz

(marzo 2021)

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