Te abrazo en la lejanía injusta,
pegada como pétalo a la rosa.
Sí, te he amado en tus desorientadas noches,
dejando regueros de besos en cada mano,
cono estampas en piel,
adheridas con sabor de tinto y miel.
Besos hambrientos, criaturas con sed,
posadas en los claroscuros de tu ser.
Como guardián estacionado
cuidé la puerta y avivé la pasión
en esencia:
¡Soy respiro, vida y muerte!
Fui agonía, presencia y ausencia.
¡Soy la que no soy, pero sigo siendo la que fui!
La del amor sin fin, no la del amor fugaz.
No la del acuerdo por
conveniencia,
fui esposa, amante, incondicional entrega.
Fui tu aire cubriendo mares y tierras,
montaña, sol, arena y playa,
luz de luna en el desierto.
La del amor de roca fuerte, la del cuarzo,
inicio y final de tu recuerdo.
¡Soy el avatar de tu existencia!
La mujer del cuento, del mito y de leyendas,
víctima del infiel amor perdido.
Soy la loca personaje en penumbras,
apurando hoy sobrevivencia.
¡Insana mente por locura ¡
que eligió dejarte ir,
para que aprendas que amores
no se buscan, se encuentran
y al final, habrá uno
que…
¡te enseñará la diferencia!
13.04.2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario
añadir comentario