SINOPSIS
Un poema inspirado en un pensamiento, porque las palabras jamás quedaron escritas.
La primera hoja está en blanco, se escondieron las palabras,
las que no pude escribir, la tinta las borró por tanto llanto,
silenciadas, evitando herir, tampoco fueron pronunciadas.
En hojas en blanco, no pude plasmar el recuerdo,
para no traer un lastre de lo inútil, de lo frío y etéreo,
En esas hojas en blanco, suspendí el futuro
para adecentarme en el tiempo de los imaginados sueños,
inventando un falso pasado, para no evocar el cierto...
En esas hojas en blanco, no describí las caricias,
las que ahuyentaban el amor,
para no verlo muerto...
En esas hojas sin escrituras, pude ver que la vida
tiene matices más negros que blancos,
porque solo se escribe como un canto,
la huella del amor, que llega, para no hacer daño,
lo otro, es el destierro del corazón ante el engaño...
De esas hojas sin escrituras, me desprendí hace rato,
las arrugué con fuerza y las hice pedazos,
mis manos enrojecidas me las limpié
cual, si fuera un trapo, pero en ellas quedaron
rastros, del sentimiento que no quiso expresar un relato.
Por ello fue que la hoja tuvo que quedar en blanco,
desnuda, desprovista...como un anonimato,
para no escribir: ¡Cuánto amor, ¡cuánto amor, desperdiciado!
se fue en el infinito volando alto...
Ana Sabrina Pirela Paz
(abril 2021)
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