21 nov 2021

¿ NÉMESIS ENTRE NOSOTROS?





SINOPSIS

Más que una reflexión, una posición personal, sobre lo que incide en la "valoración" de algunos respetados y admirados escritores. Mis respetos y consideración para todos y todas. Un abrazo fraternal.


“La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento”  (Jackson Brown)


Envidia, vocablo, que se origina del latín,” invidere”, compuesta de “in” (poner sobre e ir hacía) y “videre” mirar, lo que han traducido en:” poner la mirada sobre algo”. La Real Academia Española (RAE), conceptualiza la referida palabra, como:” Tristeza o pesar del bien ajeno, o como el deseo de algo que no se posee”.

Para la iglesia católica, considera como un “pecado capital”, porque se hace extensiva a faltas atentatorias contra el amor al prójimo. En el escenario religioso, San Tomás de Aquino, la definió como:” tristeza del bien de otro. Para los romanos, “el que no ve con el buen ojo”.

Pero, su percepción, no se agota con las definiciones comunes, la visión es antiquísima, desde Némesis, en la mitología griega, considerada diosa de la venganza, de la justicia retributiva, la misma que llamaron los romanos Envidia y si bien, el concepto ha evolucionado a través de los años, la revisión moderna, ahora la asocian a hechos más peligrosos, super dañina, vinculada y adoptada al resentimiento por el deseo latente de desear lo que poseen los otros.

Dos grandes escritores, solo para mencionar pocos, han manifestado su visión de ésta:

“¡Oh, envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes ¡” Cervantes.

“La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no como” .Francisco de Quevedo.

En este orden de ideas, los investigadores, alemanes Rolf Haubl y Elmer Brähler, han clasificado la envidia de la siguiente forma:

Dañina: cuando el envidioso(a) aumenta la percepción de su propia carencia, frente al envidiado.

Depresiva: el envidioso (a) se decae, de debilita, se desmorona, porque siente su incapacidad de no alcanzar al otro.Para quien escribe, esa pudiera ser la de más agravio, porque surge el rencor, la animadversión.

Estimulante: valorada como útil, cuando el envidioso(a), se motiva en busca del logro deseado, que detenta el que, para él, es el contrincante.Otras voces, señalan que ese tipo de envidia es catalogada de “buena”, en los espacios laborales, porque se hace útil para la competitividad sana y al estímulo para el alcance de metas y proyectos.

Justiciera: el envidioso(a) observa, que el otro llega, violando normas éticas o legales y entonces, la indignación lo empuja a denunciarlo, logrando a veces, “destapar” ollas de corrupciones, abusos y por ello la delación. Igualmente, se observa en lugares de trabajo, asociaciones gremiales, políticas, sociales, gubernamentales, económicas, entre otras.

Pero, es importante puntualizar, poner en relieve, la siguiente conclusión: lo que destaca y caracteriza la envidia, no es desear tener, lo que los demás tienen, sino el deseo ferviente, de que no sea cierto lo que el envidiado posea, es decir, el envidioso(a) anhela en su fuero interno, que lo que supuestamente tiene el otro, no sea verdad. Lo que, en definitiva, a él, le gustaría detentar.

Se conocen grandes rivalidades, entre famosos literatos, que les tocó transitar el referido mal. Se apuntan, ejemplos: Mozart y Salieri; Cervantes y Lope de Vega; Juan Ruíz de Alarcón y Francisco de Quevedo; Juan Ramón Jiménez y Jorge Guillén; César Vallejo contra Pablo Neruda y Jorge Luis Borges, solo por mencionar algunos...

En la comunidad de TUSRELATOS.COM ya la envidia no es oculta, aunque anónima, el mal no tiene rostro, no comenta, pero descalifica sin criterio, lo que los demás escritores, respetados y admirados, publican. Lo que no es ético. La envidia mueve y se escurre, entre la “valoración” de los perfiles que selecciona y le baja la puntuación de estrellas, porque definitivamente, lleva consigo un interés solapado: no solo en perjudicar al otro, sino satisfacer su deseo, de que no lleguen al “podio” … es la “envidia dura y pura”, como refieren por allí… Es el castigo de las(os) Némesis, porque no soportan el talento, ni el éxito de muchos escritores prominentes, porque quizás a ellas(os) les falte y esa carencia, no los(as) anima a fomentar la envidia estimulante. No tienen el sano espíritu competitivo, se mantiene encubiertos con cuentas falsas. Lo que ha traído como consecuencia, que algunos escritores, excelentes y muy buenos, han migrado, hasta han retirado sus publicaciones, lo que no se cuestiona, porque puede ser por preservar respeto así mismo, que es parte de su integridad como productores intelectuales. El riesgo, es que nos vayamos quedando sin fortalezas. Por fortuna aún contamos con un grupo de colaboradores(as) de sobresaliente calidad de diferentes tópicos literarios.

Descalificar un relato, un cuento, una poesía, una reflexión, un pensamiento, una leyenda, una fábula y más…El que así lo hace, debe poseer suficientes argumentos para expresarlo, pero, además de esto, estar calificado para hacerlo. Es irrespetuoso y de muy mal gusto, que se “visite” a otro, solo para restarle estrellas, sin decir su opinión, porque se corre el riesgo de crearse suspicacias o intriga. Nadie debería juzgar, con posiciones negativas, la obra de otro, porque el arte es una exposición universal, cuyo sentimiento lo expresa el ser humano, y tanto éste, como sus emociones son libres. Ante esto, solo vale el respeto y la tolerancia.

Al contrario, si su opinión, lleva consigo una sugerencia bien intencionada, que beneficie con su aporte a la creación, estaríamos en presencia de un “crítico” de discernimiento positivo, porque está enseñando sus conocimientos, sus experiencias, no solo, de utilidad para aquél, sino para toda la comunidad. Esa visita es la que es bienvenida, la que ayuda y beneficia. No así, el que se abra una cuenta con un nombre ficticio y subrepticiamente, entre a la página, y reste estrellas y deje su silencio. Porque si se cree que tiene derecho de participar “ restando estrellas” el otro tiene otro derecho: el de conocer la opinión , más si lo está descalificando, porque también se le cercena el derecho de expresarse, en manifestar sus propios puntos de vista. ¿De qué puede responder? Si no se le ha referido absolutamente nada. Solo una mano, entró y un dedo, le restó estrellas y eso permitió, que en el listado de los “más destacados “o “más leídos”, su posición descendiera.

Pero, como el ser humano es imperfecto, me incluyo, podemos extraer conclusiones, en que esa acción tiene fines de interés personal, por demás censurable, que pecan contra la ética. En una comunidad, todos(as) escritores, (as) reconocidos(as) o no, debemos dar ejemplo, para las generaciones futuras, con una actuación desprovista de egoísmos e involucrada para construir y no destruir, que se resalte el decoro a la literatura, y proteger la imagen y reputación del autor,(a) inclusive, la de la propia página TUSRELATOS.COM, que nos permite publicar cuanto queramos nuestra producción literaria, sobre la cual agradecemos.

Por mi parte, me preparo para contrarrestar a los acostumbrados ataques “Nemesinos”, esforzándome más, en mi inventiva, gusten o no.



Ana Sabrina Pirela Paz

(septiembre 2021)

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