28 may 2025

CUENTO: ESTA NOCHE LA BUSCO.

 




¿Estás seguro de que estará en el sitio dónde me dijiste?

Y por qué no estaría? Si la he visto aparecer algunos viernes, desde media tarde en compañía de unas amigas, supongo- Le respondió Ricardo a su amigo Roberto.

Este viernes la busco, quizás no me entiendes, pero le diré lo arrepentido que estoy.  La perdí por una estupidez, por un infeliz desliz, pero ¡con qué consecuencias!  Le pediré disculpas, las que nunca le ofrecí y que merecía escuchar miles, muchas veces- Posiblemente, sea el momento oportuno porque han pasado cinco años y conociéndola ya no debe sentirse herida, porque sé que me amó, me dejó pasar algunas faltas menos graves, pero la última, sabía con certeza que no me excusaría. - Así era la conversación entre los dos amigos, ligadas sus vivencias de amistad desde los albores universitarios.

Llegó el día fijado, viernes a las 21:00 horas, cuando Roberto entró al concert-bar “Nuvo”, el novedoso espacio da ya estaba repleto de personas, adultos y jóvenes, se mezclaban entre la diversa multitud. La conocida banda “Son, Soul y Jazz”, iniciaba el primer set, entonaban “historia de amor”.

 La barra del bar se encontraba mayoritariamente ocupadas por hombres tal y como se la imaginó Roberto, quien ocupó un asiento en toda la mitad de esta. Desde allí podía mirar hacia los diferentes ángulos del salón.   Era la primera vez que lo visitaba, era un sitio elegante y modernamente amoblado con el estilo minimalista. No tuvo mayores dificultades, inmediatamente, al ir girar su mirada para observar los grupos de personas que se encontraban dispersos en sillas de pequeños recibos en el salón central y rincones del local, encontró la figura que buscaba, justamente diagonal donde él estaba.

< Parece que no han pasado los años… sigue igual. Regia y hermosa como siempre. <Pensó.

A los pocos minutos, llegó su amigo Ricardo, quien la había prometido acompañarlo en ese reencuentro.

-Amigo, obsérvala, allí está… la del vestido negro y accesorios plata- Ricardo vio una hermosa mujer, medianamente alta de piel blanca y caballera abundante dorada. La misma figura que recordaba, la dama que todo hombre desearía estar en su compañía. Así lo pensó.

El grupo de amigas se veían divertidas, conversando, brindando con cocteles y complacidas con la música que interpretaba la banda de jazz.

-Anna, Anna. fíjate en la barra, allí está un hombre que no te quita la mirada de encima – Dijo con un murmullo Olga, pero que lo escuchó el resto del grupo Olga, una colega que recién iniciaba labores en el bufete de abogados de la firma que representaban.

-Si, es verdad, te mira como si te conociera- Intervino Aída, otra colega.

La otra persona que las acompañaba era   Amílcar, el amigo con quien se juntaban en los lugares públicos, que, aunque volteó su mirada hacía la barra, se mantuvo callado.

Anna con detenimiento, recorrió su vista unos segundos a la dirección indicada y después del corto recorrido visual, dijo enfáticamente:

 -No, no es conmigo, no observo ningún rostro conocido- Así que le dio poca importancia a lo que referían sus dos amigas.

-Anna, observa bien, es el que está vestido con flux oscuro. El que sobresale de la fila, al lado del hombre que viste pullover gris con cabellera canosa- Son fáciles ubicarlos, son los dos que están en sillas en dirección diagonal, casi al frente nuestro. - Dijo, Amílcar.

Anna, con las características dadas por Amílcar, determinó a los dos hombres.> el de cabello cano, pudiera ser… se me parece a alguien, el que me mira con insistencia, definitivamente no lo conozco.> Pensó.

-Al canoso quizás, pero al otro, no recuerdo haberlo conocido. Manifestó.

La noche proseguía y el grupo de amigas se entretenían mientras Amílcar las complacía, compartiendo bailes entre las tres féminas.

- ¿Y quién es ese estúpido que las acompaña? - Le preguntó Roberto a Ricardo.

- Amigo, ¿qué te pasa?... Te equivocas, ese no es ningún estúpido, ese   es Amílcar, el popular solista del grupo que estás escuchando. El mismo que canta las baladas. Si nos quedamos más tarde, él canta después de la media noche, es un excelente cantante. - ¡No me digas que estás celoso! -  Concluyó entre risas y tono sarcástico.

- ¡Claro que no estoy celoso!, Nada de eso simplemente pregunto. Reaccionó Roberto, mientras apuraba una bebida alcohólica.

-Pero Roberto, si no actúas, vamos a pasar aquí toda la noche y no vas a abordar a Anna. - Ya han transcurrido cinco años, sé que posteriormente, tuvo una fase crítica, dicen que estuvo internada, sobre el por qué nunca se supo, ella se mudó de la ciudad. -Anda acércatele, salúdala- Presionaba Ricardo.

-Yo también tuve conocimiento de su hospitalización, pero lo del diagnóstico todo fue muy hermético. - Mira Ricardo, ¿por qué no hacemos esta estrategia?  ve tú primero salúdala y luego, por detrás voy yo. Tú serás el termómetro de su respuesta, sobre la receptividad que puede tener conmigo. Ella le consta que tú y yo somo como hermanos, nos va a relacionar, dónde estás tú, estoy yo y viceversa. - De esa forma acordaron los amigos

Cuando Ricardo precisó el momento oportuno, se acercó al grupo de amigas

- ¡Buenas noches!  Disculpen si interrumpo, pero quería saludar a mi querida amiga Anna… ¿cómo andas? –

- ¡Buenas noches ¡- Todos respondieron. Anna observó al hombre con mirada interrogativa.

-Gracias, todo bien- Respondió Ana, sin agregar más detalles.

-Por lo manera en que me miras y me saludas, parece que no te acuerdas de mí- Le manifestó Ricardo.

-Claro que me acuerdo, eres Ricardo Oviedo, alguna vez nos vimos en la Universidad. - Anna se levantó del sillón y le extendió la mano e inmediatamente, le presentó al recién llegado a sus amigos, invitándolo a ocupar asiento y a unirse al grupo.

Ricardo hizo lo propio, lo que le pareció un acto de cortesía de parte de Anna.

- ¿Solo recuerdos eso?

- ¿Qué otra cosa puedo recordar?  Sino esa fase estudiantil, hermosa que tuvimos. No existe otra en mi memoria.

- ¡Me estás tomando el pelo!, ¿o es una táctica frente a tus amigos?  ¿Cómo es que no te recuerdas de mí, si estuve presente en todos los actos importantes de tú vida? Expresó Ricardo. - La mujer no respondió. -La situación la sintió incómoda, apresurando una copa y despidiéndose del grupo dijo:

-Allá en la barra, está Roberto, quien también desea saludarte… ¿Le digo que se acerque? - Anna lo miró, pero no respondió. Su miraba se tornó ausente.

- Roberto no creo que fuese exitoso mi saludo-Dijo acercándose a su amigo. -Según Anna solo me recuerda la fase estudiantil, no hablamos de otros detalles, quizás la discreción es porque está con sus amistades, ¿qué sé yo? -Prueba tú a ver qué sucede.

Roberto, después de reconsiderar por unos minutos la sugerencia, se aproximó con paso firme hacia donde se encontraba la mujer que buscaba.

- ¡Buenas noches a todos! – Dijo   con su tono varonil amistoso,

 – ¡Anna qué gusto volverte a ver! … ¿cómo estás? -

Anna desde la silla, lo observó con un recorrido de arriba a abajo y de pronto se levantó, como si un resorte la hubiese impulsado.  Se le acercó, fijó sus ojos en los de su interlocutor y expresó:

-Disculpe usted, pero no sé quién es -No creo haberlo conocido. -Posiblemente me esté confundiendo con alguien. - El resto de los presentes, haciéndose los desentendidos, guardaron silencio.

Roberto con aspecto sorpresivo y sin haberse imaginado semejante respuesta, manifestó con un matiz de disgusto   en su voz.

- ¡Por favor, Anna, ¿cómo me vas a negar frente a tus amigos? -Fuimos novios en la facultad, estuvimos siete años casados.  Ricardo, fue nuestro padrino de bodas y el padrino de nuestra hija. - ¿Por qué asumes esta conducta, después de tantos años divorciados? -  Todos los que nos conocen y nos conocieron saben que estoy diciendo la verdad. - ¡Por Dios!, ¿por qué    actúas así?

-La mujer seguía con su mirada ausente, lo continuó observando, así como también sus compañeros, quienes se mantenían expectantes sobre la reacción del hombre y la posible respuesta que diera Anna.

-No, no lo voy a obligar a que me crea - Ante sus argumentos, solo tengo una respuesta: no lo recuerdo.- Tuve un episodio de salud cuyo diagnóstico fue a ver sufrido una amnesia selectiva, lo que obedece  a que algunos episodios pasados de mi existencia,  hayan quedado dormidos o desaparecidos   en mi caja mental-No puedo discutirle a usted sus dichos,  porque  sencillamente no recuerdo -Discúlpeme usted y ojalá no tengamos la suerte de volvernos a encontrar,  no estoy interesada en revivir hechos  nefastos que fueron la causa  intrínseca de dicho diagnóstico, eso dijeron los especialistas.

 -Discúlpeme usted a mí, el hecho de haberla molestado- Con esas palabras inmediatamente Roberto se retiró del grupo.

- ¿Qué pasó? -Impaciente, le preguntó Ricardo.

-Definitivamente no me recuerdo. No creo que haya estado fingiendo, ella no es así. Hoy lamento profundamente, el que antes no busqué oportunidad para disculparme. Eso me dolió más querido Ricardo…el hecho que no me recuerde.

Ricardo canceló la cuenta del consumo. Los dos hombres abandonaron el sitio, sin antes mirar hacían donde estaba Anna y su pequeño grupo de amigos, quienes seguían divirtiéndose, levantando sus copas rebosadas, brindando felizmente.

 

 

 

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