Resbalan gotas de lluvias sobre la ventana. El tren, como serpiente metálica se desplaza a toda prisa. El frío viento circula y no brinda tregua para la tranquilidad ni la paciencia. Todo es un agite de sonidos: afuera cascadas de agua, adentro el chirrido de los rieles, ondas sonoras que invaden, atormentan los oídos. Tos seca, llantos de niños y susurros de parejas, mujeres que consuelan huérfanos, silencio que acallan voces de viejos.
Afuera llora el cielo, adentro una mujer solloza con simulo,
el lagrimeo la descubre cuando reboza su turbante verde que desliza y esconde su
rostro. Fluyen lágrimas, que enjuga sutilmente, despacio. Allí en marcha van un
sinfín de recuerdos, promesas y desvelos. Nadie habla. Alguien lee. Otros rezan
un credo.
Viaja la ilusión y el compromiso para cumplir una promesa: el
dejar atrás las despedidas para el renacer de un nuevo inicio.
La máquina corre, en su carga van emociones que saldan el
tiempo de un proyecto, una nueva meta, otra región…Nadie habla. Todos piensan.
Los ojos van recorriendo el paisaje gris y frío. Nubes
infladas, cristales de hielo que amenazan descenso.
La mujer sigue con su lagrimeo, el turbante se torna rojizo intenso,
vieja herida. La nostalgia sale e invade
los vagones, recuerdan bienes, lugares y personas y con estos, maltratos. miradas
de rechazos y persecuciones.
Es un tren de migrantes… Todos huyen, del hambre, de la
pobreza, del conflicto étnico, social o político … o de la infernal guerra. Llevan vestimentas de huesos, pero en la piel abundancia
de sueños. Atrás dejaron esfuerzos, obligados a sobrevivir en lejanas y
extrañas tierras. Espíritus fantasmales, automáticos cuerpos, sentados van
imaginándose fantasías en la utopía. No son ellos, son sus anhelos.
Es un tren de migrantes, que aún no ha llegado a una estación
cierta, ni sus pasajeros conocen el nombre de un destino, que no sea cualquiera
que el imaginario piense.
Ese tren puede ser una balsa en el mar, un vehículo en el
límite de un paso, o una caravana de personas, que caminando cruzan fronteras
en cualquier lugar del planeta.
Ana Sabrina Pirela Paz
Abril 2022.
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