Como árbol de otoño, de pie, serena,
ve caer una fina hebra de cabello,
de color marrón que bordeaba su cuello
lo que ayer fue
frondosa, hermosa melena.
Como árbol de otoño, palidecen las flores,
el néctar dulce de
su sonreír sonoro,
y silenciosamente sorprende ver salir un lloro
en los hilos de seda, desprendiendo olores.
Y como corazón del árbol espera primavera,
cayenas en su pelo,
el viento sacuda,
con tenacidad se mantiene, esperanzada que muda,
que, cambié a verdor
lo que muera.
Poco y cada día caen sus cabellos,
ella sabe que, probablemente nacerán de nuevo,
no importa el color, brillarán por relevo
y así embellecerían, deslumbrante, cascadas con destellos.
Trenzas de seda, nido de sutil beso,
hoy recuerdan cabecitas lisas, calvas sin pelos,
no quieren llantos, lástimas y menos consuelos
solo era una etapa
del doloroso proceso.
Como árbol de otoño, erguido y fuerte,
con arrullo de vida pegada al suelo,
ella camina con fe, mirando al cielo,
resplandece, renace
valiente … ¡y el mal revierte!
Ana Sabrina Pirela Paz
21-07-2023
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